Hay personas que logran sacar lo peor que llevamos dentro.
Hace unos meses estaba entusiasmado con la posibilidad de trabajar en una tienda de delicatessen que por razones de discreccion voy a llamar Simplicity. Normalmente no me entusiasma una idea semejante. El caso es que buscaba trabajo y ellos dependientes, ofreciendo una generosa suma. A mi me encanta la cocina y las cosas bonitas, caras, pequeñas y con hermosos packaging. Con mi licenciatura en comunicacion, mis idiomas, mi experiencia como chef...etc, estaba convencido de que en la entrevista me pondrian un collar de hibiscos, me abrazarian y emocionados apenas lograrian articular: "Bienvenido".
Cuando fui a dejar el curriculum me arregle como para una cita, desde esta pretenciosa seguridad de la que os estoy hablando, pero cuando pregunte por el encargado, se me congelo la sonrisa. "Es ella" susurro con mirada ansiosa una dependienta vestida completamente de negro (como suele suceder en estas tiendas pijas) que la hacia mas delgada y demacrada y me señalo a la francesa.
Si hay algo peor que los extranjeros que viven regularmente en España pero que se quejan de absolutamente todo (diciendo que en sus paises todo se hace mejor, aunque tengan razon muchas veces), son las francesas que viven regualrmente en España mirando todo con una pinza en la nariz. Y mucho peor que ellas, son las francesas asi y con morritos.
Los morritos curvados hacia abajo de la fofa francesa se curvaron todavia mas cuando me vio blandiendo mi curriculum. Fue evidente que no nos gustamos. Yo adivine, echando una mirada a la tribu fragil y sometida de hombres y mujeres vestidos de negro, que no entraba en su idea de dependiente. Ella me miro atonita , con cara de estar saliendo de un shock. Recogio el papel y se dio la vuelta.
Nunca me llamaron ni para una entrevista.
Como yo personalizo este tipo de cosas, nunca volvi por la tienda, pero ayer llevaba una camiseta color albaricoque radioactivo como pintada con espray y me veia muy guapo en los escaparates, asi que pase a hacer una visita a Simplicity.
Que rabia me da reconocer que tienen una gran seleccion de productos. Enseguida localice a mi enemiga y trate de mirarla con Rencor. Su rostro vacio y desgradable me calento todavia mas . El resto de la visita estuve gastando papeles secantes para probar todos los Aromas de Hogar (que deje desperdigados en los estantes de alimentacion) y cambiando las cosas de sitio, en general, fantaseando con la idea de conseguir infiltrarme en la cadena de tiendas Simplicity y no parar de conspirar hasta lograr su destitucion.
Ufff, que cara de oveja con sobrepeso y atiborrada de somniferos.
Me puede, hay gente que me puede.
Hace unos meses estaba entusiasmado con la posibilidad de trabajar en una tienda de delicatessen que por razones de discreccion voy a llamar Simplicity. Normalmente no me entusiasma una idea semejante. El caso es que buscaba trabajo y ellos dependientes, ofreciendo una generosa suma. A mi me encanta la cocina y las cosas bonitas, caras, pequeñas y con hermosos packaging. Con mi licenciatura en comunicacion, mis idiomas, mi experiencia como chef...etc, estaba convencido de que en la entrevista me pondrian un collar de hibiscos, me abrazarian y emocionados apenas lograrian articular: "Bienvenido".
Cuando fui a dejar el curriculum me arregle como para una cita, desde esta pretenciosa seguridad de la que os estoy hablando, pero cuando pregunte por el encargado, se me congelo la sonrisa. "Es ella" susurro con mirada ansiosa una dependienta vestida completamente de negro (como suele suceder en estas tiendas pijas) que la hacia mas delgada y demacrada y me señalo a la francesa.
Si hay algo peor que los extranjeros que viven regularmente en España pero que se quejan de absolutamente todo (diciendo que en sus paises todo se hace mejor, aunque tengan razon muchas veces), son las francesas que viven regualrmente en España mirando todo con una pinza en la nariz. Y mucho peor que ellas, son las francesas asi y con morritos.
Los morritos curvados hacia abajo de la fofa francesa se curvaron todavia mas cuando me vio blandiendo mi curriculum. Fue evidente que no nos gustamos. Yo adivine, echando una mirada a la tribu fragil y sometida de hombres y mujeres vestidos de negro, que no entraba en su idea de dependiente. Ella me miro atonita , con cara de estar saliendo de un shock. Recogio el papel y se dio la vuelta.
Nunca me llamaron ni para una entrevista.
Como yo personalizo este tipo de cosas, nunca volvi por la tienda, pero ayer llevaba una camiseta color albaricoque radioactivo como pintada con espray y me veia muy guapo en los escaparates, asi que pase a hacer una visita a Simplicity.
Que rabia me da reconocer que tienen una gran seleccion de productos. Enseguida localice a mi enemiga y trate de mirarla con Rencor. Su rostro vacio y desgradable me calento todavia mas . El resto de la visita estuve gastando papeles secantes para probar todos los Aromas de Hogar (que deje desperdigados en los estantes de alimentacion) y cambiando las cosas de sitio, en general, fantaseando con la idea de conseguir infiltrarme en la cadena de tiendas Simplicity y no parar de conspirar hasta lograr su destitucion.
Ufff, que cara de oveja con sobrepeso y atiborrada de somniferos.
Me puede, hay gente que me puede.
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