YSBRAND THE POOH

"But I don´t feel like dancin when the old Joanna plays..." Puse esa cara de "que guay, me encanta esta canción..." , pero muy rápido me di cuenta de que, de nuevo, esa canción es el sonido de mi movil sonando: aun estoy en el proceso de asimilar que he decidido cambiar la alarma, me cuesta... Saqué como pude el teléfono por debajo del inmenso babero que ponen en la peluquería y respondí, mientras seguia ojeando el Vogue Especial Joyas, cuya lectura os recomiendo con toda la firmeza de la que soy capaz.

Nacho galeria: ¿Pero vas a venir o no?
Ysbrand: Si claro, pero era mañana.
NG: NOOOOOO ES HOY! Dime que vas a venir por favor...

-Prometi a Nacho que atendería su supercool galeria de arte mientras el acudia a un compromiso ineludible, pero juraria que era el jueves, o sea, mañana-

Y:Es que estoy en la peluqueria, pero habiamos quedado mañana...
NG: No way! Quedamos HOY...si no vienes me haces la putada del siglo...
Y:Es que me estoy cortando el pelo! Ya han empezado (Mentira).
NG: Ysbrand, no me hagas esto...
Y: Vaaale, ya les digo que se den prisa y voy en cuanto acaben...(Cuelgo)
Angelo peluquero: Hay algun problema????...
Y: No, nada. (Porque una de las tres cosas mas peligrosas que hay en el mundo es meter prisa a alguien que va a cortarte el pelo).

A cada minuto me sentia más y más satisfecho de haberle ocultado a Angelo la emergencia de la situación, porque me cortó el pelo genial y me sentía muy guapo y superpoderoso. Llegué corriendo y con los ojos muy redondos, húmedos e impresionados:

-Lo siento tanto...
-No pasa nada, tengo que irme pitando, mira te enseño como va la puerta y si vienen a recoger obra...

La galería es un espacio verdaderamente bonito y minimal, con dos salas : una negra y otra blanca, y un despacho con salón privado lleno de libros de arte y esas cosas. Me puse música moderni (el nuevo de Fangoria), bajé las luces y Me senté en la mesa de superdiseño a jugar al buscaminas cuando al rato sentí una punzada de hambre: con las prisas no había merendado!!! En mi coche estaba una coctelera con mi batido listo para ser rehidratado... Con cara de Marnie cuando le dan sus paranoias (juraría que me iluminó una luz roja), empecé a imaginar mis musculos desintegrandose, cadenas y cadenas de proteinas catabolizándose por segundos... miré alrededor...algo para comer por dios... recordé que era una galería de arte y solo comen...nada! Dios! No! Son anoréxicos!!! Cuando entonces, en un rincón encontré un tesoro: Un bote de un kilo de miel de brezo ecológica y supercara que sin duda le habrían regalado a Nacho, porque Nacho no come carbohidratos.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡A MI ME ENCANTA LA MIEEEEEEL!!!!!!!!!!!

Sostuve el bote. Pesaba.

Pensé en lo ilimitadamente torpe que soy. Pensé en mis manos sin dedos prensiles ni pulgar oponible. Pensé en el inmaculado despacho de diseño. Pensé en que no había ningún instrumento para servir la miel... pero no lo pensé en profundidad porque para entonces ya estaba bebiendo del frasco la miel espesa y oscura, de sabor super intenso, dulcísimo, cremoso, inundándome literalmente la boca de placer....

Fue un placer breve porque el frasco se me cayó en seguida encima del teclado y de ahí a la silla Philip Stark y de ahí al suelo, liberando todo su contenido. Sin más.

Lo he intentado recoger con papel higiénico.

El teclado, naturalmente no funciona porque hay miel por dentro. He dejado unos cuantos post-it explicando donde está sucio. Lo cierto es que si hubieran sido notas en papel normal , tambien se hubieran quedado pegadas. He llamado a Nacho y se ha enfadado. Normal.