Strategic Feelings
Recientemente un jóven amigo se lamentaba de su estado melancólico debido a la distancia que le separaba de su amado. Esta distancia, en tiempo estival, no se debía a otra cosa que a que el amado había decidido irse a hacer alpinismo con sus amigos alpinistas, como solían hacer los veranos, las semanas santas y cuando les daba la gana.
El caso es que mi jóven amigo posee unos sentimientos, aunque confundidos, difíciles de reprimir o controlar, y expresa su amor incondicional a cada minuto. Nadie en el mundo dudaría de sus sinceros sentimientos por el alpinista. Especialmente el alpinista.
Como el alpinista se ha ido a escalar, el se ha buscado un plan alternativo: ver ballenas (son muy National Geographic mis amigos, bueno estos lo son) y ahora me llama triste , deprimido y confundido porque está lejos del alpinista y potencialmente celoso. En lugar de prestar atención a los cetáceos teme una presunta infidelidad que, creedme, es imposible ya que el alpinista lo quiere muchísimo.
Y yo le he aconsejado que , en adelante, martirice en la medida de lo posible al alpinista, alternándolo con idílicos episodios de entrega. No se trata de una crueldad gratuita (en todo caso crueldad merecida por preferir a los otros alpinistas) sino que tras este despliegue no hay otra cosa que amor y propósito de mantener a alguien a tu lado. Yo puedo decir que no mantuve la intriga en una larga relación que tuve, y en ese sentido me responsabilizo del fracaso de la misma. Generar celos, hacer sentir a tu pareja insegura, que no te tiene del todo, que dudas, que no le quieres de verdad, es bueno. Siempre que nos guie el genuino amor, debemos sentirnos eximidos de toda culpa.
Es lo que yo llamo ser estratégico. Porque, si sabes lo que sientes ¿qué más da que parezca otra cosa? Hay que hacer un decidido esfuerzo para conseguir que nuestro comportamiento esté orientado a lograr nuestros objetivos personales, que en el caso de mi joven amigo, no son otros que lograr que el alpinista pase su tiempo libre con él.
Y en ese sentido irte a la otra parte del globo a ver puntas de aletas o chorros de agua, mientras pasas frio en una zodiac y procuras recordar el aspecto que realmente tienen las ballenas (para lo cual debes remitirte a las detalladas imagenes de cuando estan muertas y felízmente quietas)...hacer ésto es bastante estratégico porque da la sensación de que no necesitas ningún alpinista. Hasta ahí bien.
Pero el chico sufre ¿por qué? porque no piensa con perspectiva. Debido a su juventud ignora lo efectivo que es no estar disponible. Por lo tanto hay un problema existente.
En resumen: sería aconsejable reeducarnos para tomar el control de las cosas que potencialmente pueden hacernos daño. Y para ello hay que redefinir (o simplemente ser más flexibles con) nuestra idea de lo que es ético o no y de lo que se le puede hacer a alguien a quien quieres, o no. Porque el amor y la felicidad son demasiado importantes como para exponerlos al peligro de expresarlos claramente. Porque si no piensas así, tu novio sí que podría hacerlo.
Y si no os gusta ser estratégicos, no tengáis novio, y puntoenboca.
Recientemente un jóven amigo se lamentaba de su estado melancólico debido a la distancia que le separaba de su amado. Esta distancia, en tiempo estival, no se debía a otra cosa que a que el amado había decidido irse a hacer alpinismo con sus amigos alpinistas, como solían hacer los veranos, las semanas santas y cuando les daba la gana.
El caso es que mi jóven amigo posee unos sentimientos, aunque confundidos, difíciles de reprimir o controlar, y expresa su amor incondicional a cada minuto. Nadie en el mundo dudaría de sus sinceros sentimientos por el alpinista. Especialmente el alpinista.
Como el alpinista se ha ido a escalar, el se ha buscado un plan alternativo: ver ballenas (son muy National Geographic mis amigos, bueno estos lo son) y ahora me llama triste , deprimido y confundido porque está lejos del alpinista y potencialmente celoso. En lugar de prestar atención a los cetáceos teme una presunta infidelidad que, creedme, es imposible ya que el alpinista lo quiere muchísimo.
Y yo le he aconsejado que , en adelante, martirice en la medida de lo posible al alpinista, alternándolo con idílicos episodios de entrega. No se trata de una crueldad gratuita (en todo caso crueldad merecida por preferir a los otros alpinistas) sino que tras este despliegue no hay otra cosa que amor y propósito de mantener a alguien a tu lado. Yo puedo decir que no mantuve la intriga en una larga relación que tuve, y en ese sentido me responsabilizo del fracaso de la misma. Generar celos, hacer sentir a tu pareja insegura, que no te tiene del todo, que dudas, que no le quieres de verdad, es bueno. Siempre que nos guie el genuino amor, debemos sentirnos eximidos de toda culpa.
Es lo que yo llamo ser estratégico. Porque, si sabes lo que sientes ¿qué más da que parezca otra cosa? Hay que hacer un decidido esfuerzo para conseguir que nuestro comportamiento esté orientado a lograr nuestros objetivos personales, que en el caso de mi joven amigo, no son otros que lograr que el alpinista pase su tiempo libre con él.
Y en ese sentido irte a la otra parte del globo a ver puntas de aletas o chorros de agua, mientras pasas frio en una zodiac y procuras recordar el aspecto que realmente tienen las ballenas (para lo cual debes remitirte a las detalladas imagenes de cuando estan muertas y felízmente quietas)...hacer ésto es bastante estratégico porque da la sensación de que no necesitas ningún alpinista. Hasta ahí bien.
Pero el chico sufre ¿por qué? porque no piensa con perspectiva. Debido a su juventud ignora lo efectivo que es no estar disponible. Por lo tanto hay un problema existente.
En resumen: sería aconsejable reeducarnos para tomar el control de las cosas que potencialmente pueden hacernos daño. Y para ello hay que redefinir (o simplemente ser más flexibles con) nuestra idea de lo que es ético o no y de lo que se le puede hacer a alguien a quien quieres, o no. Porque el amor y la felicidad son demasiado importantes como para exponerlos al peligro de expresarlos claramente. Porque si no piensas así, tu novio sí que podría hacerlo.
Y si no os gusta ser estratégicos, no tengáis novio, y puntoenboca.
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