1. Garden Duties
Ya estoy un poco más de vuelta. Un poco más pasado de vuelta, si queréis. Pero más tranquilo y más reencontrado. A veces me pasa, y no es la primera vez que coincide con la entrada del otoño. Mi organismo ha decidido que todos mis procesos emocionales, físicos y mentales (y seguramente espirituales también, ya que la cosa se pone tan holística) están ritmados con los ciclos de la Naturaleza y las estaciones y todo eso. En lo que a mi se refiere, no pienso poner a ello ningún impedimento ya que lo encuentro encantador y telúrico, aunque acabas cogiendo un poco de miedo a los anuncios del corte inglés que se ha convertido en el heraldo oficial del paso de las estaciones, porque sabes que se avecina tal o cual periodo.

El caso es que estas semanas he estado reorganizando, podando, eliminando, reseteando y terminando cosas. A veces simplemente redefiniendo términos. Es, supongo, mi manera de mantener el jardín interior fiel a lo que era desde el principio, sin dejar que la rama que ha crecido demasiado este año me seduzca con su forma inesperada o su vigor. Algo que he reaprendido es que quiero ser yo mismo todo el tiempo, mi primera y gran prioridad. Que nada modifique el Ysbrand salvaje.

Los resultados de este terminus del año han sido positivos. Principalmente porque me siento muy ligero y libre. También porque he logrado que las cosas que valen la pena de este año sea posible mantenerlas con una forma distinta a la inicial , mucho más estable y compatible con mi personalidad (y en este punto me mantendré misterioso)

2.Ophelia

Este fin de semana he estado en Londres tras todas mis competiciones, como cúspide gastronómica tras meses de dieta severa y entrenamiento. Pero la gran experiencia no fue inundar literalmente mi boca de placer con delicias persas, mediterráneas y japonesas, sino ver la gran exposición sobre John Everett Millais.
Ha sido como una gran catarsis a nivel artístico porque normalmente cuando voy a una galería o a un museo, puedo disfrutar más o menos, pero rara vez me siento identificado con las obras que veo, por muy inspiradoras que me resulten.
Pero encontrarme cara a cara con las pinturas de Millais ha sido muy fuerte. Nada que ver con ver las fotos en un libro...
Hasta el punto de que me replanteo retomar los pinceles. Siempre he rechazado por principio los óleos, técnica que considero literalmente apestosa y sucia. Prefiero las acuarelas y los lápices de colores que me permiten una gran precisión lineal y parten de la luz blanca del papel, que atraviesa capas transparentes de color como una vidriera.
Sin embargo las pinturas de Millais , particularmente en su etapa pre-rafaelita, la que mas vale la pena en mi opinión, son increiblemente frescas, transparentes, ligeras y...oh! tan vivas, tan expresivas, tan precisas... No recuerdo que unos cuadros me emocionaran tanto desde que vi por primera vez los de Waterhouse. O el arrebato místico que me poseyó frente al Nacimiento de Venus en los Uffici. Ophelia hizo que se me arrasaran los ojos, igual que el arcoiris en The Blind Girl.

La exposicion dura hasta el 13 de enero, en la Tate Britain. Es recomendable comprar las entradas online, debido a la demanda.

3.The mirror cracked from side to side,
`The curse has come upon me´-cried the lady of Shalott.

El espejo se ha roto. La maldición ha caido obre mi. Hoy he ido a tráfico a pagar una multa y tenía acumuladas 8 de exceso de velocidad, de los odiosos radares. La suma asciende a un sueldo mensual. En ningun caso por pasar de 75 km/h en vias no urbanas donde estupidamente no se puede pasar de 50. Creo que voy a buscar en google como hacer bombas.